17 julio 2008

SERGIO KOLEFF

1 comentario:

aleteya dijo...

Resulta interesante ver como una bocina de teléfono entra al formato del cuadro flotando, al igual que lo hacen las palabras que se acercan al oído; aquel teléfono fabricado con baquelita (el primer plástico con el que se fabricaron muchos objetos)pasado de moda, pero con tantas connotaciones en su repesentación. Mi experiencia personal, fue remitirme a la comunicación entre las cosas, entre nosotros, entre el otro, ¿será que la tecnología actual imperante (como lo es el celular), nos obliga a la comunicación que verbalmente no podemos ejercer con el otro? ¿cómo interactuar con el pasado,o con otro ser viviente sin la palabra-llamada?. Me intriga lo surrealista de su obra y lo diferente que es frente a las demás, fabuloso, aún sigo pensando: ¿bajo el encanto de qué tipo de tablero de ajedrez elaboró tan exquisita jugada-obra?.